Para leer el artículo completo pincha aquí.
"La animación a la lectura desde edades tempranas"
(Pedro César Cerrillo Torremocha)
El autor, analiza la situación de la lectura en jóvenes y niños en la
actualidad. Menciona estudios que dicen que la lectura no es la actividad
preferida de los jóvenes, a pesar de ser el 5º país editor del mundo pero no
lector. Defiende que la lectura en los jóvenes y niños, pero sobretodo en los
primeros, es más una actividad como fuente de información que como fuente de conocimiento,
ya que considera que la actividad lectora no es un juego, sino que es un
proceso que requiere comprensión y un cierto desarrollo cognitivo, de ahí que
la defina como una actividad compleja, y que solo llegará a ser una actividad
placentera cuando se lleve a cabo un proceso de trabajo; es ahí cuando se podrá
hablar de verdadera lectura, es decir, la que no tiene una finalidad más allá
de sí misma.
También menciona el papel de la escuela frente a la enseñanza o fomento de
la lectura voluntaria, ya que opina que la escuela tiene doble responsabilidad
con los niños y jóvenes, es decir, tiene la responsabilidad de enseñar a leer,
pero además enseñar un hábito de lectura, cuando el hábito lector cree, debería
ser enseñado por la familia en primer lugar, apoyado por la escuela y reforzado
por la biblioteca.
Para finalizar con este análisis escuela-lector, el autor del texto habla
de las animaciones a la lectura y afirma que el objetivo de estas actividades
no debería ser únicamente animar a un niño a que lea una obra en concreto, sino
que debe fomentar o animar a la lectura en general, es decir, fomentar hábitos
lectores hasta que éstos se consoliden. Propone estrategias necesarias a llevar
a cabo para esta visión de animación lectora y aspectos a tener en cuenta en su
desarrollo y aplicación para superar los posibles obstáculos que impidan
alcanzar los objetivos de la animación, como son: Por un lado, tratar de evitar
la obligatoriedad de la actividad ya que estaríamos fomentando la lectura como
fuente de información; y por otro lado elegir bien el libro, adecuado a los
niños y al objetivo de la actividad, y no aplicar premios os castigos en la
actividad, por ejemplo.
Con todo esto, el autor defiende el fomento de una buena convivencia entre
las lecturas escolares y las lecturas voluntarias para así formar lectores
competentes y críticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario