miércoles, 25 de septiembre de 2013

PRÁCTICA BLIJ: Utilización de la BLIJ como elemento de recursos de investigación relacionados con la nuestro interés didáctico.

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"La animación a la lectura desde edades tempranas" 
(Pedro César Cerrillo Torremocha)

    El autor, analiza la situación de la lectura en jóvenes y niños en la actualidad. Menciona estudios que dicen que la lectura no es la actividad preferida de los jóvenes, a pesar de ser el 5º país editor del mundo pero no lector. Defiende que la lectura en los jóvenes y niños, pero sobretodo en los primeros, es más una actividad como fuente de información que como fuente de conocimiento, ya que considera que la actividad lectora no es un juego, sino que es un proceso que requiere comprensión y un cierto desarrollo cognitivo, de ahí que la defina como una actividad compleja, y que solo llegará a ser una actividad placentera cuando se lleve a cabo un proceso de trabajo; es ahí cuando se podrá hablar de verdadera lectura, es decir, la que no tiene una finalidad más allá de sí misma.

    También menciona el papel de la escuela frente a la enseñanza o fomento de la lectura voluntaria, ya que opina que la escuela tiene doble responsabilidad con los niños y jóvenes, es decir, tiene la responsabilidad de enseñar a leer, pero además enseñar un hábito de lectura, cuando el hábito lector cree, debería ser enseñado por la familia en primer lugar, apoyado por la escuela y reforzado por la biblioteca.

    Para finalizar con este análisis escuela-lector, el autor del texto habla de las animaciones a la lectura y afirma que el objetivo de estas actividades no debería ser únicamente animar a un niño a que lea una obra en concreto, sino que debe fomentar o animar a la lectura en general, es decir, fomentar hábitos lectores hasta que éstos se consoliden. Propone estrategias necesarias a llevar a cabo para esta visión de animación lectora y aspectos a tener en cuenta en su desarrollo y aplicación para superar los posibles obstáculos que impidan alcanzar los objetivos de la animación, como son: Por un lado, tratar de evitar la obligatoriedad de la actividad ya que estaríamos fomentando la lectura como fuente de información; y por otro lado elegir bien el libro, adecuado a los niños y al objetivo de la actividad, y no aplicar premios os castigos en la actividad, por ejemplo.


    Con todo esto, el autor defiende el fomento de una buena convivencia entre las lecturas escolares y las lecturas voluntarias para así formar lectores competentes y críticos.

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