jueves, 12 de diciembre de 2013

          Azorín en su obra Las Nubes, nos recrea un final alternativo de la tragicomedia de Calisto y Melibea, conocida por todos como La Celestina.
Azorín pretende eliminar la particular tragicomedia creada por Fernando de Rojas, ofreciendo al lector un desenlace diferente al conocido por todos. Como todos sabemos Calisto y Melibea no se casaron ni vivieron felices como todos esperábamos en la obra de Fernando de Rojas, más bien lo que el autor nos relata es la triste muerte de Calisto cuando cae por unas escaleras. Una muerte fácil y muy poco heroica, en la que se mezcla la comedia con la tragedia.
Azorín nos plantea un final diferente, en el que elimina la tragedia y sostiene la comedia. De esta forma inicia su relato con el casamiento de los protagonistas de la obra de Fernando de Rojas. Rememorando el viejo romancero, Azorín procede con la recreación de ese final y nos relata el nacimiento de la hija de Calisto y Melibea, Alisa.
Azorín utiliza figuras como los hidalgos, los jardines…figuras cotidianas; y por otro lado, recurre a los temas sobre la reflexión del tiempo, la fugacidad de la existencia, la melancolía del pasado y la incertidumbre del porvenir. Su estilo se considera sencillo y preciso, mezclando un lenguaje llano con un léxico más antiguo. Se trata de frases breves que se suceden. Oraciones con abundantes sustantivos, adjetivos y escasez de verbos.
Con las reiteraciones y las largas descripciones pretende conformar un ritmo rico, por encima de los aspectos lingüísticos. Este hecho se puede apreciar en la narración, con el uso de expresiones u oraciones como La casa es ancha y rica; labrada escalera de piedra arranca de la honda del zaguán […]hay salones vastos, apartadas y silenciosas camarillas, corredores penumbrosos con una puertecilla de cuarterones en el fondo, que, como en Las Meninas de Velázquez, deja ver un pedazo de luminoso patio”

        “Con el ver pasar y ver volver”, Azorín pretende marcar el ritmo a la historia, resaltando la nostalgia, la melancolía y resignación frente a la fugacidad del tiempo.
Respecto a la figura de “Las nubes”, el autor las utiliza como símbolo de su relato. Con las nubes inicia su relato, y también lo finaliza. En el cuerpo de la obra se desarrollan dos historias de amor distintas, La de Calisto y Melibea (al principio) y la de Alisa y el Mancebo (al final); como las nubes siempre las mismas y siempre distintas. Con la historia de amor de Alisa, Azorín recrea la historia de Calisto y Melibea. Con esta técnica de repeticiones, se aprecia el símbolo del eterno retorno; el autor va meditando sobre el tiempo y sus variaciones, las cosas se repiten pero varían en aspectos pequeños. Las nubes son para él el reflejo del tiempo.

         Se trata de una obra con una lectura densa, con mucha riqueza lingüística en sus descripciones literarias que pueden dificultar la comprensión del texto.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Una vez en el aula...

       En periodo de prácticas, muchos de los futuros maestros  nos planteamos cuestiones sobre nuestra profesión. El aula, una realidad donde enseñamos a los alumnos normas, conceptos y relaciones dentro de la lengua. Todo ello de forma que nuestros alumnos no entienden la funcionalidad de lo que aprenden. ¿Qué vemos en clase? En sus comentarios, en sus caras se ve la desmotivación y la falta de interés por lo que memorizan. Todo es memorístico y repetitivo año tras año.


     Ante esta situación, algunos de nosotros buscamos alternativas a este tipo de enseñanza, pero encontramos dos grandes barrera: el currículo y nuestra formación.

         El currículo es cerrado y nos marca unos objetivos desde muy temprano imposibles de adquirir por las características psicoevolutivas del niño. Además, exige una serie de contenidos relacionados con la gramática y la ortografía, de los que se podría prescindir y dejar más campo a la enseñanza de la expresión y comprensión oral y escrita de forma pragmática. Por lo que, ante tal imposición, en el aula, se opta por un aprendizaje basado en la memoria y en contenidos carentes de significado para los alumnos.

          Sin embargo, no es sólo cuestión del currículo, sino también de una formación que no es uniforme en cuanto a la metodología. Hay asignaturas en las que nuestro trabajo es valorado positivamente cuando luego nos damos cuenta que no estaba bien ejecutado. Otras asignaturas son las que nos hacen darnos cuenta de que muchas de nuestras propuestas didácticas anteriores carecen de pragmatismo. Es todo un poco contradictorio.

        ¿Qué hacer al respecto? Intentar innovar y motivar a los alumnos dentro de las limitaciones que conlleva el uso obligatorio del libro de texto.



miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cuento de las preposiciones



LAS FLORES

A las ocho de la mañana,

Ante la casa salía el sol.

Bajo el puente, una niña cogía flores muy bonitas y las metía en una cesta,

Cabe señalar, que era una cesta muy llena

Con tomates, manzanas, lechugas, cebollas,...

Contra la casa apoyó la cesta, abrió la puerta, la metió en casa y dejó las flores

De campo.

Desde la ventana veía el campo donde jugaba con su perra, Misly.

En la casa la niña preparó la comida,

Entre cazuelas y cuchillos estaba contenta.

Hacia el campo se fue,

Hasta las cuatro de la tarde y esperaba y esperaba

Para jugar con Misly, su perra; y esperaba y esperaba

Por su perra que no llegaba, porque solía ir por la tarde.

Según el perro salía a jugar, ella se tuvo que ir porque,

Sin motivo, la madre le dijo que se fuera a cenar,

So pena de que la castigase,

Sobre la mesa había manjares, había de todo.

Tras cenar, se fue a la cama y se durmió y tuvo pesadillas.

David Villate, Santullán



 

martes, 5 de noviembre de 2013

La literatura dramática infantil. Luces y sombras.

La literatura dramática infantil. Luces y sombras.

Isabel Tejerina Lobo

 
 
En el artículo “La literatura dramática infantil. Luces y sombras”, la autora Isabel Tejerina Lobo resume las principales líneas de la literatura que se han escrito y se escriben en España. Principalmente, se concentra en el género del teatro y la poesía infantil ya que éstos han acabando siendo los géneros de la literatura que menos han sido desarrollados y conocidos por los niños y niñas.

 

En primer lugar, la autora marca dos modelos de estructura dramática, el tradicional y el moderno. El primer modelo se relaciona con una estructura interna en la que se ven acciones identificables que tejen un tipo de historia variada. En el segundo, se presenta una cierta novedad basada en la estructura externa convencional de los textos dramáticos escritos, es decir, se transforma la forma y la función de las acotaciones escénicas.

 

Por otro lado, la autora distingue dos tipos de textos dentro de las obras dramáticas: el texto literario y el texto espectacular. En lo que se refiere al texto literario, éste se caracteriza por el diálogo de sus personajes, y por las acotaciones escénicas. Este tipo de texto demanda al lector un importante esfuerzo de concentración y de imaginación. En cambio, el texto espectacular contiene un rasgo innovador, ya que incluye especificaciones técnicas referentes a los códigos no verbales como son la luz, el vestuario, el sonido, etc. Se trata de un texto que facilita la representación teatral, dejando poco juego a la imaginación del lector.

 

A continuación, la autora realiza una colección de los temas que existen en la literatura dramática infantil. En la época del franquismo, los principales contenidos pertenecían a la enseñanza nacional católica y al pensamiento de la derecha conservadora, aunque existían algunos autores que abordaban temas de crítica política y social. No obstante, en la actualidad, se ven nuevos mensajes en los que se exponen unos valores reclamados por la sociedad de hoy en día. Principalmente, se tratan los temas de la vida cotidiana y familiar con la presencia de nuevos roles y, también, se incluye una tradición cultural, literaria, oral y escrita.

 

Finalmente, Isabel habla de los beneficios de la dramatización y de la existencia de un espacio para el teatro y la expresividad escénica que se puede alcanzar, siempre y cuando, se logre adecuadamente una interrelación entre todos los lenguajes que en el teatro confluyen.

martes, 22 de octubre de 2013

Las nubes de Azorín



El autor narra una versión diferente sobre el desenlace de la obra de la Celestina de Fernando de Rojas. En ésta ninguno de los protagonistas muere. Es más, se casan y tienen una hija, Alisa. Azorín se sirve de las nubes y la descripción de todas sus clases para expresar la idea principal del texto: el eterno retorno.

Esta idea se ve reflejada en el momento en el que Calisto está pensativo en su casa y contempla como el inicio de su historia de amor que él un día vivió se vuelve a repetir, pero esta vez de mano de su hija. Esa idea de eterno retorno queda recogida principalmente en los siguientes fragmentos: “las nubes nos dan una sensación de inestabilidad y eternidad…Estas nubes que miramos las miraron hace doscientos, quinientos, mil, tres mil años, otros hombres con las mismas pasiones y las mismas ansias que nosotros” y “vivir es ver volver. Es ver volver todo en un retorno perdurable, eterno; ver volver todo –angustias, alegrías, esperanzas- como esas nubes que son siempre distintas y siempre las mismas, como esas nubes fugaces e inmutables”.


Por último y en cuanto a la forma, destaca descripción profunda y abundante, a través de la cual podemos llegar a conocer con gran detalle el entorno en el que se desarrolla la acción y el mundo interior de Calisto en ese momento de su vida. 

lunes, 21 de octubre de 2013

Una mirada crítica sobre la ideología de los textos teatrales para niños




         De cara al público infantil y juvenil, el género dramático ha sido convertido, sobre todo por los cánones impuestos por las editoriales, en un género estereotipado que consolida cada vez más la barrera entre dicho público y el verdadero teatro. Otra de las consecuencias de la situación es el distanciamiento voluntario de este campo protagonizado por muchos prestigiosos escritores. Tanto es así que la calidad de las producciones literarias infantiles llega a ser considerada como deficitaria. 

           Un análisis del contenido y finalidad de estas obras respaldan las afirmaciones anteriores. Son cuatro las características remarcables por su reiterada y marcada presencia en los escritos: el maniqueísmo, el modelo ejemplar del niño, la fuerte presencia de la religión católica y los mensajes aleccionadores. 

           En primer lugar, se define maniqueísmo como el encasillamiento de los personajes en buenos y malos, sin ahondar en más detalles. Además, los primeros siempre son premiados y los segundos son castigados. De esta forma, cada grupo se caracteriza por una serie de valores y comportamientos incompatibles con la heterogeneidad existente en la personalidad real de cada individuo. 

        En segundo lugar y en esta misma línea, el niño es concebido como un modelo ejemplar a seguir, virtuoso por su incondicional pureza, alegría y sinceridad. Sin embargo, se vuelve a obviar la compleja combinación de características positivas y negativas propias de los niños. 

         Otra realidad presente en las obras es el catolicismo, ya que los rezos, la fe en la existencia de un Dios, la confianza en su voluntad, los ritos o símbolos son elementos que denotan ese carácter religioso. 

       Así mismo, también impera una finalidad pedagógica en la que se transmiten una serie de valores, donde, en ocasiones, todavía no se ha superado el modelo sexista. De manera que la moraleja es el punto en el que culminan la mayoría de obras. A modo de ejemplo tenemos: la gratitud; el amor y cuidado a los padres; la tolerancia a lo diferente; la sabiduría, la astucia y la valentía como valores a los que deben aspirar los niños y el modelo de mujer buena, bella, dulce y humilde con el que deben identificarse las niñas. 

      Por último, la autora reflexiona sobre la necesidad imperante de un género dramático en el que encontremos historias de calidad que no hagan caer al lector en el aburrimiento y la monotonía que normalmente lee.

domingo, 20 de octubre de 2013

Comentario sobre el texto "Las nubes" de Azorín.

    La obra de Azorín de Las nubes es una prolongación de la obra de La Celestina de Fernando de Rojas. Prolonga ese final de la obra pero proponiendo un final alternativo en el que Calixto no muere, y se habla de la vida en pareja con Melibea, incluso menciona la existencia de una hija.

    Quizá, con esta obra de Azorín, el lector puede ver cómo se imagina o cómo interpreta los personajes, ya que es algo subjetivo y dependerá de cada lector, y además y partiendo de eso, cómo se imaginaría la continuación de sus vidas si el final no fuese el de una tragicomedia, es decir, cómo es su final abierto de la obra de La Celestina si Calixto no muriese.

    Por un lado, habrá lectores a los que les guste la idea de proponer un final alternativo modificando el final “triste” de La Celestina. Pero por otro lado, habrá lectores a los que no les interese este final prolongado que propone Azorín y prefieren quedarse con la obra de La Celestina en sí, con el final original.

    En mi opinión, prefiero el final original, ya que creo que el final propuesto por el autor de La Celestina es una de las cosas que hace la obra diferente y la cataloga como tragicomedia. Y además he tenido alguna dificultad a la hora de entender bien algunas palabras del texto, y he tenido que releerlo varias veces. He tenido dificultad con el significado de algunas palabras como “extático”, “mancebo”, “bruñida”, por ejemplo. Pero no solo por las palabras, sino porque además he observado algunas frases que no comprendía si estaban escritas así por estética del autor y la época o porque son errores de concordancia. Por ejemplo en las frases “Calixto está en el solejar, sentado junta a uno de los balcones” o “Y sin embargo, Calixto, puesta la mano en la mejilla, mira pasar a la lejos sobre el cielo azul las nubes”.


Ana Gómez Romero