Un clásico de nuestra Literatura Infantil en USA
Las traducciones de Antoniorrobles al inglés (1936-1954)
El hecho de que una obra obtenga el reconocimiento necesario para ser traducida, supone la existencia de ciertos valores propios en la obra original. Sin embargo, respecto a la lengua castellana, este reconocimiento no ha sido (ni siquiera en nuestros autores ya clásicos), ni es hoy en día muy frecuente.
Es posible que el motivo sea que las obras en nuestra lengua nunca han sido suficientemente conocidas o difundidas en el ámbito lingüístico hispánico, aunque es difícil asegurar la afirmación anterior, ya que no se cuenta con catálogos que puedan demostrar la existencia de dichas versiones. Una prueba de lo anterior es que no más de treinta autores actuales cuentan con, al menos, una obra traducida a una lengua no hispánica.
A partir de la conmemoración de los centenarios de tres autores clásicos de la literatura infantil española se ha podido difundir en mayor medida sus aportaciones a la literatura infantil en España: de Salvador Bartolozzi primero, en 1982, el creador del Pinocho español, de Chapete y de Pipo y Pipa; de Elena Fortún en 1986, tanto por sus libros como por sus publicaciones periódicas; y el tercero de ellos en 1983, dedicado a Antoniorrobles, donde se pudieron conocer al detalle las traducciones de algunas de sus obras infantiles.
Observando la fecha de publicación de la literatura de Antoniorrobles (1936), el autor del texto, se atreve a afirmar que éste fue el pionero de los autores nacionales traducidos al inglés. Su primera versión apareció publicada en una revista infantil norteamericana, Story Parade.
El carácter de los cuentos traducidos de Antoniorrobles revela, en sus editores una notable preferencia por el animismo ingenioso y el cultivo del disparate casi surrealista. Pero no solo fue elegido por esto, también la fortuna jugó un papel importante en la historia. Antonio en uno de sus libros relata la anécdota de como Edward Huberman se encontró con él en un viaje en autobús a través de las islas Baleares, Allí el señor Huberman leyó un libro de los cuentos de Antoniorrobles. Este le sugirió que tradujera esas historias. Él se apresuró a aceptar la sugerencia y las ha traducido desde entonces.
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